Para poder dejar el hábito del tabaco debe tener claro que quiere dejarlo y no desesperarse si a la primera no lo consigue, la mayoría de las personas que dejaron de fumar no lo consiguieron en su primer intento.
En primer lugar debe conocer los síntomas que le va a conllevar la abstinencia, como por ejemplo estrés o ansiedad, somnolencia, dificultades para concentrarse, alto deseo de nicotina, irritabilidad y aumento de peso. Sin embargo, una vez superada esta fase, los beneficios para su cuerpo tanto a corto como a largo plazo van a ser enormes.
Para dejar de fumar tiene que seleccionar una fecha en la que vaya a comenzar de dejar de fumar, antes de esa fecha puede ir reduciendo el número de cigarrillos, y el día antes debe tirar todos los que les queden y lavar toda la ropa o muebles que le huelan a humo. Cuéntele a sus amigos y familiares su intención de dejar de fumar, un buen apoyo siempre es importante.
A continuación debe localizar los momento del día en los que más fuma, como por ejemplo después de comer, en momentos de mucho estrés, cuando está aburrido, cuando va a tomar algo con amigos, etc. Una vez localizados esos momentos debe crear un plan, es decir, otras actividades distintas que hará en vez de fumar en esos determinados momentos en los que sus ganas aumentan, por ejemplo si solía fumar después de comer pues cámbielo por dar una paseo o hablar con alguien, incluso cambie el sitio donde solía comer o modifique sus hábitos alimentarios.
Establezca metas a corto plazo que te ayuden a largo plazo, por ejemplo ponga un bote y vaya metiendo el dinero que gastaría en tabaco y al final gásteselo en algo que le apetezca. Trate de no pensar en los días que le quedan sin fumar, tómeselo día a día.
Por último, puede pedir ayuda médica en su centro de salud o en grupos de apoyo en el hospital.
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